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La vida nunca será la misma

La vida nunca será la misma después de esta pandemia... 

Así leí varios títulos y hasta hoy me negaba a creerlo. Leía que cuando fue el 9/11 la aeronáutica tenía un antes un después y pensaba: ok básicamente seguimos volando, solo cambio la seguridad, ok todo estará bien.

Esto me lo repetía constantemente, durante estas semanas que hemos estado encerrados por la contingencia del COVID-19. Me decía a mi misma solo cambiará la forma de vender, de comprar, incluso al usar aplicaciones para dar terapia, consultoría o cursos, Creía que si me lo decía muchas veces sería real. 

Pero hoy después de 2 semanas de encierro salí a hacer el súper y sucedió algo que les quiero compartir.  Lo hice con todas las medidas de seguridad, con mi lista de compras por pasillos, con mis guantes, con mi cubre bocas, mis bolsas de reciclaje y una lista enorme sistemáticamente armada para mantener todo el control posible sobre lo incontrolable. 

Y al salir del súper me di cuenta que la vida no será la misma... nunca más será la misma y sabes no me permitiré a ser la misma de antes....

No veré con la amabilidad de rutina al señor que me empaca las cosas o con molestia por que las aplasta, seré más generosa, seré más paciente por que su presencia el día de hoy me hizo mucha falta.. 

Daré más sonrisas de oreja a oreja, por que hoy con mi cubre bocas di una y no fue regresada, ante una mirada igual que la mía, de incertidumbre. Simplemente no la vio. 

Por que mi poder que desarma ante el caos en la mirada del otro siempre ha sido mi sonrisa y ahora la quiero y la necesitamos más que nunca...

Agradeceré más a la maestra de León por su esfuerzo, por su trabajo, por su paciencia, por su amor, que he visto con cada video que le ha mandado... Por  que perdí la paciencia más de una vez en estos días y al decidir relajarme y dejarle el video a él, y solo a él, el momento cambio. Cambio cuando Ella entró en escena y le dijo como sería sumar con pinzas y con recortes. Y no solo a la maestra de León si no a todas las del mundo, que cobijan niños,  que no quieren estar en sus casa, las que invitan el Lunch o las que tienen paciencia ante las mil veces de repetir lo mismo, a las que son tutores de resiliencia, sobre todo cuando veamos las noticas ya no seremos indiferentes o diremos esos maestros que no trabajan, ahora los veremos con amor, con compasión con empatía por que estos días nos lo han otorgado.

Ya no veremos a los doctores igual, los veremos con más respeto,  con más amor, cuestionando sus métodos claro, pero siendo compasivos como lo somos con las personas que se juegan su propia vida al salvar otras. 

No veremos con los mismos ojos a las madres que se quedan en casa, NUNCA MÁS, por que su trabajo es un gran trabajo, no remunerado, por que valoraremos que se queden en casa, valoraremos lo que hacen y como lo hacen. 

No será lo mismo con las personas que nos ayudan con la limpieza, por que nos hacen falta, nos solo por el servicio que nos dan, si no por el desayuno que compartimos o como pasa en mi casa que cada sábado me trae flores, a mi casa que es su casa. 

A los niños, espero con todo mi corazón que no los veamos igual, que las cosas no sean igual, por que lo primero que hicimos fue protegerlos de enfermedad, priorizamos su vida, pero ahora necesitamos priorizar sus emociones, sin golpes, sin maltrato, lo que dicen, visibilizarlos, darles voz y tomarla en cuenta, hoy más que nunca por que en estos días nos han permitido aprender de nosotros mismos al verles.

Ya no será lo mismo, cuando veamos comida desperdiciada, con la contaminación, del respiro que le damos a la tierra, con las caminatas, con los niños jugando en la calle, de los huertos en casa, de los abrazos por que; !Ah!, como extraño los abrazos.

La vida va a cambiar por completo, pero solo si eres sensible para verlo y actuar desde ese cambio. Desde el agradecimiento profundo de lo que tenemos, de lo que somos y a donde vamos. 

 

La vida nunca será la misma.